Cuando pensamos en partes del cuerpo para tatuarnos, la cara, el cuello y las manos son lo último que cruzaría por nuestra mente pues es un nivel de rebeldía que no todas estamos dispuestas a alcanzar.

Cuando pensamos en partes del cuerpo para tatuarnos, la cara, el cuello y las manos son lo último que cruzaría por nuestra mente pues es un nivel de rebeldía que no todas estamos dispuestas a alcanzar.